Un artículo de Mikel Sarasola, kayakista y friend de Ternua.

No es ningún secreto que el final del confinamiento ha traído consigo la fiebre por el deporte outdoor. No han sido pocos amigos los que se han comprado un kayak (de aguas bravas, hinchable, kayak de mar…) y están empezando a iniciarse en este apasionante deporte.

Dado que se nos acerca el verano y que, aunque parezca mentira, muchos están pensando en las vacaciones, me he decidido a realizar una lista de las 10 aventuras más recomendables que se me ocurre se pueden hacer en nuestro país montado sobre un kayak.

En esta lista incluyo diferentes tipos de lugares para diferentes tipos de niveles, desde los más novatos a los más avezados kayakistas, pero que al final comparten el mismo objetivo, como es disfrutar de la naturaleza desde un ángulo diferente, sin dejar más huella que la estela del kayak al deslizarse sobre el agua.

Algunos de los lugares descritos los he podido disfrutar y otros aún me quedan pendientes, pero estos son los lugares que más me atraen en nuestro país para ser surcados sobre un kayak.

1 - Río Ara

Aguas cristalinas cayendo desde las faldas del “Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido”. Para mí el mejor río de aguas bravas de todo el Pirineo, con más de 20km de río con tramos para todos los niveles. Los más experimentados pueden empezar el descenso desde su parte alta, en el valle de Bujaruelo, con impresionantes y arriesgadas rampas, y descender hasta el pueblo de Broto. A partir de aquí, los más novatos pueden empezar a sentir las sensaciones al ser arrastrados por la corriente y remar un largo tramo de río que les podrá llevar hasta el pueblo de Aínsa.

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2 - Cap de Creus (Costa Brava)

Este Parque Natural, ubicado en el punto más oriental de la península Ibérica, es una maravilla para los sentidos. No es de extrañar que este lugar inspirara el arte de todo un genio como Salvador Dalí, ya que sus playas, sus cristalinas aguas, las cuevas en la roca, los acantilados… nos transportan a un paraíso natural sin parangón, y disfrutarlo desde un kayak nos permite rodear la costa disfrutando de rincones de otra forma inaccesibles. Recomiendo una travesía comenzando en Llançá y recorriendo todo el Cap de Creus hasta el pueblo de Cadaqués. Es una travesía que ida y vuelta, a un ritmo tranquilo, nos puede llevar unos tres días. Yo recomiendo transportar todo lo necesario para tres días en el kayak, vivaquear en las calas aprovechando para bucear, adentrarnos en diferentes cuevas del camino y, si es posible, cenar un día en el bar del faro de Cap de Creus. Qué recuerdos…

3 - Río Noguera Pallaresa

Diría que este río lo tiene todo. Es el río que me formó como kayakista, y es el referente de las aguas bravas a nivel nacional. Bajo el espectacular “Parque Nacional de Aigüestortes”, sus aguas han coronado a campeones mundiales de muchas de las disciplinas de las aguas bravas. Este río ha visto crecer a los mejores kayakistas nacionales y la semana del “Ralli de la Noguera Pallaresa” es probablemente la prueba más antigua y multitudinaria de nuestro deporte en España.

Durante la primavera, en su parte alta, se puede practicar kayak extremo, en el tramo conocido como Alto Noguera, y algunos de sus estrechos afluentes son conocidos por sus peligrosas y a la vez, muy divertidas cascadas.

Más abajo, en el tramo comercial de la Noguera Pallaresa, entre los pueblos de Llavorsí y Sort, tenemos una sección de unos 30km de una dificultad media, con rápidos de clase 3, perfecto para mejorar la técnica de aguas bravas, pero que exige buen manejo del esquimotaje. En este tramo se hace el que probablemente sea el mejor rafting comercial del Pirineo, lo que aglutina una gran masa de empresas dedicadas a este deporte que llenan el río de vida durante los meses de primavera y verano.

4 - El flysch de Zumaia

Esta vez barro para casa. Entre los pueblos de Zumaia y Deba, en Gipuzkoa, se encuentra esta curiosidad geológica que bien merece una visita en kayak.

La geología es la verdadera protagonista de un paisaje que guarda la historia de algunos de los episodios más impresionantes de la historia reciente de nuestra tierra.

Los flysch son capas rocosas de origen sedimentario compuestas por diferentes capas de rocas calizas, pizarras o areniscas, intercaladas con otras rocas más blandas. Esta disposición favorece la erosión diferencial, pues las capas friables son desgastadas con mayor facilidad que las capas cohesivas, creando una formación rocosa de lo más particular.

Actualmente esta zona se ha hecho mundialmente conocida por ser elegida como escenario de rodaje de la exitosa serie Juego de Tronos, poniéndola en el escaparate internacional. Pero recorrerlo en kayak nos dará una perspectiva muy diferente a la que podemos ver caminando por sus laderas.

Es una distancia de diez kilómetros que podremos realizar en una mañana. Recomendable siempre recorrerlo con marea baja, ya que con esta marea el paisaje se vuelve más espectacular, si cabe. Pero no hay que olvidarse de que estamos en el cantábrico, por lo que habrá que mirar bien el parte meteorológico para cerciorarnos de que hay poco oleaje y poco viento, para así poder acercarnos más a las rocas.

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5 - Río Cinqueta

Esta parte alta del río Cinca, en el Sobrarbe, es el río más extremo de todo los del país. Todas sus secciones que se encuentran aguas arriba del pueblo de Plan (Huesca), son de una dificultad de clase 5. Esto, sumado a que es una zona bastante recóndita del Pirineo, hace que no suela acercarse mucha gente a remar por aquí, pues no es apto para todo el mundo. Pero si quieres poner a prueba tus habilidades y tus nervios, este es el río que va.

Este lugar tiene una magia especial. Aún con la experiencia de haber remado por todo el mundo, me sigue apareciendo un gusanillo en el estómago cada vez que me acerco al Cinqueta. La sección del “Cañón Rojo”, llamado así por el color rojizo de sus paredes, es probablemente la sección de mayor calidad de aguas extremas del Pirineo. Es recomendable no remarlo con demasiada agua, sobre todo si no se conoce el tramo, ya que los rápidos son muy continuos y no hay muchas zonas por donde escaparse. No apto para cardíacos.

6 - Río Gállego

Es otro de los históricos del Pirineo. Hogar de una gran comunidad kayakera. Sus aguas no son las más bravas, con una dificultad de clase 2-3, pero remar por el río Gállego con las vistas a los Mallos de Riglos, hace la visita a este lugar una obligación para todo kayakista de aguas bravas.

Es un gran lugar para los que se están iniciando en este deporte y quieren coger algo de nivel, ya que los rápidos están muy espaciados entre sí, y “permiten” errores. El único rápido en el que habría que tener especial cuidado, y si no vas muy seguro, mejor portearlo, es el Rápido del Embudo. No tanto por su dificultad, más por su peligrosidad en caso de fallo, debido a que a mitad de la línea hay un sifón que ya ha dado más de un susto.

En esta zona hay muchas empresas especializadas en kayak y rafting, por lo que puedes encontrar mucha gente que te puede iniciar en este deporte.

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7 - Vuelta a Menorca en kayak

Este es uno de los viajes más clásicos y recomendables de kayak de mar que se pueden hacer en el país. En el corazón del mediterráneo, esta isla, declarada Reserva de la Biosfera en 1993, ha sido por su situación estratégica, históricamente un enclave codiciado por imperios y piratas como Barbarroja, del que aún se recuerda su saqueo de Mahón en 1535. Sus icónicas casas blancas, sus calas de aguas turquesas, los acantilados, restos megalíticos, fortificaciones, amplios arenales, son imágenes que se nos vienen a la cabeza cuando pensamos en esta isla, que se ha ganado a pulso el sobrenombre de "la Isla Bonita".

No necesitas más que la tienda de campaña, algo de comida, el tubo y las aletas de bucear, la caña de pescar, una buena gorra, gafas de sol, bien de crema y bien de botellas para cargar agua, y ya estás listo para una de las aventuras de tu vida. Bordear toda la isla lleva en torno a una semana de paleo, y aunque se pueda pensar en Menorca como un lugar muy urbano, sorprende la sensación de aventura que transmite esta travesía.

Recomiendo hacer esta aventura en los meses de septiembre u octubre, ya que el agua estará aún caliente, el tiempo suele ser bueno aún, pero la isla está mucho más vacía de gente.

Puede parecer un plácido paseo, pero para disfrutar de esta travesía hay que estar entrenado. Son etapas diarias de unos 25-30km, que si no estás acostumbrado para los últimos días pueden hacer mella en tu cuerpo. No serías el primero en abandonar por una mala preparación.

Hay varias empresas que alquilan el equipo necesario y te dan el parte diario para que estés lo más seguro posible, pero si no te ves suficientemente preparado para ir solo, lo mejor es que te contrates las travesías guiadas que ofrecen estas empresas.

8 - Río Castro Laboreiro

Vale sí, no es España, pero para mí, como si lo fuera. Todos nuestros viajes a remar a Galicia tienen como finalidad terminar en este río de la vecina Portugal.

No es que sea el mejor y más estético río de aguas bravas de la Península, pero es uno de los más espectaculares y divertidos de todo el continente.

Enclavado en el Municipio de Melgaço, Castro Laboreiro es una población de montaña enclavada en las profundidades del Parque Nacional de Peneda-Gerês. Un lugar bastante pobre aún, que parece anclado en el pasado, donde incluso a día de hoy hemos visto mujeres limpiando la ropa en el río. El contraste al cruzar la frontera desde Galicia es tremendo. No son pocas las veces que me he perdido por las carreteras de la zona intentando encontrar el acceso al río, en una maraña de caminos sin señalización que conectan caminos de montaña con pequeñas aldeas perdidas en sus extensos valles. Menos mal que la eliminación del roaming nos ha facilitado el trabajo.

El río funciona principalmente con las lluvias del invierno, por lo que durante esta época este río suele recibir la visita de muchos kayakistas del continente escapando de las nieves del norte. Su cauce granítico ha sido erosionado formando algunos espectaculares rápidos que son iconos de este río, como su famoso “Triple Salto”, con tres cascadas seguidas de en torno a los 10 metros de alto, que se ha convertido en una de las fotografías más codiciadas.

El río que, aunque es un constante salto-poza, con un buen caudal tiene su complicación, con un par de exigentes porteos y algunos intensos rápidos en los que hay que andar muy fino.

Eso sí, si eres kayakista de aguas bravas, es el río al que deberías aspirar ir algún día.

9 - Río Cares

Aunque siempre a la sombra de su vecino río Sella, el Cares es, en mi opinión, la joya para el kayak en los Picos de Europa. Descender bajo las escarpadas paredes de sus cañones por un río de gran volumen y con gran calidad de aguas bravas, es un lujo poco común en la cordillera cantábrica. No es un río de especial dificultad, ya que se gradúa en un nivel de 3 aunque con buen caudal puede empujar bastante.

Como todos los ríos en Asturias, su navegación está bastante regulada y lamentablemente varios de sus tramos están prohibidos. Esperamos que esto pueda cambiar en el futuro, ya que esta zona tiene el potencial para ser uno de los destinos kayakeros más interesantes durante el invierno y la primavera. Pero ya sabemos que a los políticos no les mueven los mismos intereses que a nosotros, y estas cosas llevan su tiempo. Aun así, pienso que esta zona te va a dejar boquiabierto si estás iniciándote en el mundo de las aguas bravas.

Los más avezados podrán completar un buen viaje de kayak remando la parte alta del río Sella o el río Ponga, en lo que para mí es el triángulo perfecto de Picos.

Si a esto le sumas un potente cachopo con queso de cabrales (comida típica de la zona) para recuperar fuerzas, el viaje queda completo.

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10 - Cabo de Gata

El Parque Natural Cabo de Gata, es un oasis de naturaleza alejado del feroz urbanismo que se ha adueñado de gran parte de la costa mediterránea. Es el primer espacio marítimo-terrestre protegido de Andalucía y está declarado como Reserva de la biosfera por la Unesco. Recorrerlo en kayak por mar es una experiencia inolvidable, ya que pueden visitarse rincones inaccesibles desde tierra como playas, calas, acantilados y formaciones rocosas de enorme belleza. Al pie de La Sierra de Cabo de Gata existe un mundo marino de gran belleza. Las distintas formaciones submarinas hacen que su fondo marino albergue una elevada diversidad biológica, haciendo obligatorio llevar material de buceo para disfrutarlo como es debido. En el pueblo de San Juan pueden alquilarse kayaks y contratar travesías guiadas.

Estos son diez lugares que lógicamente no agotan las enormes posibilidades para la práctica del kayak que existen en nuestro país. Podría añadir otros muchos que conozco u otros que me quedan por conocer. Pero estos diez destacan -para mí- sobre los demás.

En cualquier caso, sí advertiría del peligro que existe según donde se practique y también del nivel técnico que cada uno tenga. Por ello, aconsejaría a los principiantes que hicieran un curso o cursillo de los muchos que se organizan en toda la península antes de aventurarse a bajar un río o salir a la mar en kayak. Y, sobre todo, ser conscientes de las dificultades de la aventura y de las limitaciones propias para evitar sustos y/o desgracias. Saber nadar, disponer de ropa adecuada, vestir chaleco salvavidas y usar casco en los ríos, llevar siempre el material de seguridad necesario para la actividad, serían los consejos complementarios…y… ¡a disfrutar!

Esto dicho, ¡Nos vemos en el agua!

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