antxon ANTXON BURCIO MARTÍN

Guía de Alta Montaña UIAGM.

Guía de Descenso de Barrancos UIAGM.

Técnico Docente de Socorro en Montaña EEAM/FEDME.

Técnico Observador Nivo-Meteorológico por la AEMET /ACNA.

Los que habitualmente acuden a la montaña, bien sea por esparcimiento personal o para realizar actividad deportiva de más entidad, suelen asumir con cierta normalidad algunos mensajes que han recibido de otros y que en muchas ocasiones no son ciertos y que pueden llegar a comprometer su seguridad en montaña.

1) La montaña es peligrosa
Sinceramente y de forma rotunda debo decir que no. Sí es verdad que en la montaña algunas actividades conllevan riesgos, pero solventarlos es una parte del juego que asumen los que acuden a la montaña y para ello tienen a su alcance múltiples recursos que les ayudarán a disfrutar del medio con total seguridad.

La montaña la hacen peligrosa los que acuden a ella sin los conocimientos necesarios. Ciertamente en algunas ocasiones puede volverse hostil, pero son la falta de preparación, el exceso de presunción y la falta de respeto al medio en el van a moverse algunas de las causas de muchos accidentes. Por ello es necesario repetir una y otra vez que para realizar actividades en montaña, es prioritaria una buena planificación, una buena forma física, un buen equipamiento, una alimentación adecuada y, muy importante, evitar la sobrevaloración personal: no todos estamos preparados para llevar a cabo ciertas actividades y, aunque hoy tenemos a nuestro alcance muchas información y material han de ser utilizado con sentido común y asumir nuestras limitaciones. El medio natural en el que nos vamos a mover siempre será más fuerte que nosotros, por lo que tan sólo deberemos adaptarnos a él con respeto y humildad.

2) No es necesario consultar la información meteorológica.
Falso. Una de las medidas más necesarias para no comprometer nuestra seguridad en montaña, en este aspecto no deben de existir excusas y una de las partes más importantes de la planificación de una actividad en montaña es la meteorología. En la actualidad está a nuestro alcance una buena información meteorológica que nos facilita datos puntuales de las diferentes zonas a las que queremos acudir. Estos datos son muy certeros: niebla, viento, nieve, tormenta e, incluso, el horario de los posibles cambios meteorológicos. Por desgracia, todavía son muchos los que cuando acuden a la montaña, lo hacen sin atender esta información meteorológica.

3) No es necesario tener una buena preparación física para acudir a la montaña.

Esto es uno de los errores más comunes. Si algo nos debe quedar claro es la necesidad de un buen equilibrio físico. Ciertamente cada vez somos más los que de forma habitual realizamos alguna actividad física a diario para nuestro beneficio personal. Pero, si en nuestros planes tenemos previsto realizar actividad en montaña, es necesario considerar que para no comprometer nuestra seguridad personal y la de quienes nos acompañan, debemos tener la condición física que la actividad a desarrollar nos exija. Esta condición física puede ser muy variada según el tipo de actividad: paseos más o menos largos por zonas sin desniveles o ascensiones a cimas o travesías de más entidad; para unas horas, una jornada o varios días; sin peso o con mochilas con algo de peso. Solo con una buena condición física con la práctica regular de ejercicio lograremos disfrutar de nuestras actividades en montaña.

4) No es recomendable el uso de zapatillas deportivas para las actividades en montaña.

Para afirmar esto algunos se basan en las actividades desarrolladas en un terreno muy accidentado, (con frío, nieve o condiciones meteorológicas adversas las zapatillas deportivas no son el calzado adecuado). Pero para las actividades que se desarrollan en montaña por caminos o sendas en muy buen estado, en época estival o con poco frío, sin lluvia o nieve, perfectamente se pueden utilizar zapatillas deportivas en montaña. Además cada vez son más los fabricantes que ofrecen un calzado bajo, muy ligero y que es el idóneo para realizar actividad en montaña sin grandes inconvenientes. Tan sólo se debería prestar atención a las posibles lesiones de tobillo por torceduras, ya que a veces no suelen proteger los tobillos.

5) No es recomendable el uso de los bastones en montaña.

Falso. He llegado a escuchar que usar bastones en montaña no es bueno, porque, si nos habituamos a ellos, cuando no los llevemos nuestro sentido del equilibrio se verá comprometido. Esto es absolutamente erróneo y está más que demostrado el beneficio que el uso de los bastones en montaña nos aportan: apoyo en terreno difícil, descarga del peso que portamos en cuatro puntos de apoyo, impulso al ascender y apoyo en el descenso; en definitiva el uso de los bastones en montaña aportan más beneficios que inconvenientes, pero eso sí: dos mejor que uno.

6) No es recomendable lavar nuestra ropa de montaña que sea transpirable e impermeable y mucho menos en la lavadora.
Esto no es así. La primera vez que escuché en una charla técnica que podía lavar mi chaqueta impermeable y transpirable en la lavadora no me lo creía, pues siempre había creído que, al hacerlo la estropearía; ahora tengo que reconocer que la persona que me lo aconsejó tenía razón. Las instrucciones que facilitan los fabricantes de este tipo de vestimenta han cambiado y lo mejor es seguirlas; pero desde el principio del proceso de limpieza hay que tener muy claro cómo hacerlo. Hay que tener en cuenta que las chaquetas suelen estar confeccionadas con dos capas, en muchas ocasiones pegadas entre sí; la capa exterior recibe el nombre de DWR y se utiliza para repeler el agua (esto se comprueba con mucha facilidad cuando llueve, ya que las gotas de agua no llegan a traspasar la tela y, si la sacudimos, el agua cae al suelo y la chaqueta se mantiene seca); la capa interior es la membrana transpirable y está formada por poros similares a un embudo (la parte ancha hacia nuestro cuerpo y la parte estrecha hacia el exterior), de esta forma el vapor o agua que produce nuestro cuerpo con la actividad se expulsa hacia el exterior, pero el agua que cae fuera no penetra o no debería penetrar, de ahí el concepto de transpirable.

Para hacerlas más duraderas, lo más acertado y según he podido comprobar aconsejo lavar la chaqueta en la lavadora siempre a temperatura por debajo de los 40º, nunca utilizar suavizantes, usar detergentes neutros con pocos aditivos, aclararla dos veces y, muy importante, no centrifugar o hacerlo a muy baja intensidad; la secaremos al aire y lejos de fuentes directas de calor; podremos utilizar la secadora a temperatura media, pues al secar la chaqueta en la secadora contribuiremos a recuperar la capa exterior que repele el agua. Si con el uso sospechamos que la capa exterior de DWR está muy deteriorada y absorbe agua en vez de repelerla, podremos recuperar en parte esta capa planchando la chaqueta. Pero, ¡atención si optamos por planchar nuestra chaqueta!: no utilizaremos nunca la plancha directamente sobre ella, sino siempre con un paño húmedo; no plancharemos nunca el interior de la chaqueta, la plancha siempre estará a temperatura media y no utilizaremos vapor. Puede darse el caso de que la chaqueta, al estar ya muy usada, no se recupere la capa de DWR ni siquiera con el planchado; en este caso se comercializan productos impermeables que vuelven a crear en parte la capa impermeable que ha perdido la chaqueta.

Todos los fabricantes suelen informar con mucho detalle sobre cómo proceder a la hora de limpiar nuestra ropa, lo más acertado es seguir sus consejos, tanto para la ropa fabricada con fibras impermeables/transpirables como para el resto de materiales con que se fabrica la vestimenta de montaña.

Colección Ternua Otoño Invierno 1617