El Trail Runner-Tester Mayayo nos cuenta cuáles son sus 10 carreras de montaña preferidas. Desde las más cercanas, en la zona del Pirineo, hasta destinos más remotos y sorprendentes, como las montañas Rocosas y las dunas del Sahara. 

Hace ya 25 años que publique mis primeros artículos sobre deportes de montaña. Alguna década más desde que hice mis primeros pinitos por el monte. Pasado ya el medio siglo de vida, me ha dado para hacer casi de todo, peñas arriba y abajo: Senderismo, bici de montaña, escalada en roca o hielo, alpinismo clásico, esquí de fondo o de travesía… Y entre tanto vicio, las carreras de montaña ha sido mi trago preferido en la ultima década.

Por pasión o por trabajo, he tenido la suerte de vivir cientos de carreras por montañas de todo tipo: De los Pirineos o el Guadarrama que me vieron crecer, a rodar por las Canarias, los Picos de Europa, Alpes e incluso cruzar el charco para vivir a la carrera lo mejor de las Rocosas, Andes o Patagonia.

Hoy quería compartir con vosotros diez citas que me llaman de forma especial: La mitad al sur del Pirineo, la otra en montañas por el mundo adelante. ¡Ah! Y quiero hablaros de citas “diferentes”, algo para no repetir el sota, caballo, rey que tantas veces leemos hablando de las mismas. Casi todas estas las he vivido ya… pero alguna aún sigue en la lista de pendientes, manteniendo viva y fresca la ilusión de un debutante.

Porque, ya sabéis: La montaña más bonita es, siempre, la que vas a escalar mañana.

Al sur del Pirineo

1. Zumaia Flysch: Mar y montaña mezclan de lujo en esta recoleta villa marinera. Y pasar corriendo por sobre esos farallones de Flysch que sedujeron a la mismísima Danayris Targarin, galopar de la rasa mareal a los caseríos de los valles interiores. Eso, no tiene precio. Si luego, además, hay ocasión de rematar comiendo en la sociedad con los voluntarios, pues ya, poco más se puede pedir.

2. Gorbeia Suzien: Pisar la cima del Gorbeia es cita obligada, cuando te criaste en las montañas del Norte. Y como casi todos, también yo he pasado por esa cruz. Ahora, hacerlo dorsal al pecho viviendo la carrera dentro del pelotón…eso aun me queda pendiente. Y ganas tengo.

3. Ehunmilak: La mejor carrera de montaña para el popular, del mundo mundial. Si algo se puede hacer para que te sientas más cuidado en carrera, descuida... los chicos de Beasain ya lo han pensado antes. Citas de 42k-88k-168k por delante para elegir y la magia del Goierri bajo tus pies. Aizkorri, Txindoki… y vayas donde vayas, nunca correrás solo. Probablemente, la única gran carrera de montaña del planeta donde hay mas voluntarios que corredores.  No te la pierdas.

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4. Desafío El Cainejo: Se llamaba Gregorio Pérez, pastor de cabras en Caín de Valdeón. Sus fuertes manos y sus pies abrieron el 5 de Agosto de 1904 la primera vía a la cima del Picu Urriello, con el marqués Pedro Pidal al otro cabo de la cuerda. De allí nacieron, con Don Pedro, los Parques Nacionales en 1918. La historia pareció a Gregorio…hasta que 111 años después, sus paisanos crearon DESAFÍO EL CAINEJO para honrarle. Seis canales, seis, habrás de superar para completar sus 52 km. Escaleras al cielo, si te gusta la montaña. Y, al cruzar la meta, allí estará aún el nieto de Gregorio para aplaudirte, con todos sus vecinos. Bueno, también puedes probar antes los 18km del Cainejín, la carrera txiki con que descubrir estas tierras.

5. Canfranc Canfranc: La gran travesía del Pirineo, con 100 km de alta montaña que enlazan las estaciones de esquí de Candanchu, Astún y Formigal por las crestas y picos que las unen: Collarada, Anayet, el Aspe... Desde su creación, cierra cada año el circuito de Alpinultras, como joya de la corona. Una carrera que, entre ediciones bajo nieves y tormentas, ha creado un mito propio que atrae solo a los más fuertes, a los más curtidos en moverse rápido y seguro por la alta montaña pirenaica. Por algo este dorsal no se compra: Se pide y se manda historial alpino, para que te lo concedan. O no.

Montañas por el mundo

6. Las Rocosas - Leadville  100 Miles: Colorado. La fiebre del oro. Minas horadadas en las montañas, a más de tres mil metros. El sheriff Wyat Earp, el mago Houdini, Oscar Wilde escribiendo aquello de “No disparen al pianista…”. Todo ocurrió aquí, en la antigua Oro City, el pueblo más ato de los Estados Unidos, a 3.100m de altitud. Sus cien millas siguen la estela de leyenda. Aquí se batieron en duelo la bruja Ann Trason y los indios rarámuris, era 1994. Ya en 2010 fui el primer español en completarla. ¿Te gustó? Muchísimo, cada año sueño con volver a cruzar esa meta.

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7. Patagonia Argentina – K42 Villa La Angostura: Desde aquel primer paso de Elcano por estos mares, la Patagonia atrae a los montañeros por su belleza indómita y feroz. El parque nacional Nahuel Huapi fue el regalo de aquel pionero Perito Moreno a su país. Y Villa la Angostura está en su corazón. Lagos alpinos inmensos, bosques de arrayanes y hasta una estación de esquí, colgada en lo alto del Cerro Bayo a 1.800m es lo que vivirás si corres su maratón.

8. Alpes Austria – Mozart 100 Salzburgo: Todo el dulce encanto de Austria, concentrado en 100km. Saldrás al amanecer de la Plaza de la Catedral en Salzburgo. Correrás junto a los viejos palacios del imperio Austro-húngaro, treparás a refugios alpinos donde oír increíbles conciertos de flauta, trombón y violín en pleno monte. Pasarás por playas nudistas en pleno lago glaciar. Correr en Salzburgo es un amable, encantador viaje por la historia, la montaña y la música.

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9. Dolomitas – Lavaredo Ultra Trail: “La piu bella corsa di montagna di mondo”. Y punto.  Los paredones verticales de Dolomitas son para muchos la más bella postal alpina. Completar esta travesía de 130km por ellos, haciendo tuyos lugares como Cortina d´Ampezzo, rifugio Auronzo, Tre Cime, Cinque Torri… es un regalo. Hacerlo, además, en pleno deshielo, cuando Junio nos regala los días más largos del año. No-tiene-precio.

10. Las dunas del Sahara – 100km del Sahara: Andar o correr por las dunas de arena es agotador. Cada pisada se hunde, te atrapa. Hasta que encuentras esa fina línea donde la cresta se hace firme bajo tus pies y corres. Compartir tres días con tus rivales, comiendo y durmiendo en las jaimas es siempre fantástico . Hacerlo gozando de la hospitalidad italiana y tunecina que se combinan en la organización, más aún. Los días y noches de correr por el desierto, no las olvidarás.

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