Con la llegada de los días largos y el tiempo amable, las montañas se llenan de gente. El final de la primavera, el verano y el principio del otoño son las estaciones que más seguridad nos transmiten en montaña, y sin embargo, también son los meses con mayor número de rescates en montaña. Ahora bien, ¿Vamos realmente preparados para cualquier eventualidad? ¿Sabemos cómo proceder hasta que acuda la ayuda? La respuesta a ambas preguntas suele ser un rotundo NO, así que, con ello en mente, en Ternua hemos consultado a nuestros colaboradores del Instituto de Medicina de Montaña y del Deporte (IMEED), que ya nos han hablado en otras ocasiones sobre hipotermia o mal de altura, por ejemplo. Esto es lo que nos han contado:

Las causas

Siendo el entorno bastante menos peligroso en esta época del año, los accidentes se multiplican. El hecho de que la afluencia de gente sea mucho mayor, o de que mucha de esa gente tenga menos experiencia que la que se aventura en invierno en las montañas, desde luego, influye, pero sería un error pensar que esa es la única razón. Lo cierto el aumento en la incidencia de accidentes también se explica por el exceso de confianza en las propias capacidades, por los cambios bruscos en las condiciones meteorológicas, que son habituales incluso en verano o por la falta de planificación de las actividades, incluso en gente con bastante experiencia.

Las precauciones

A la hora de pensar en realizar una actividad al aire libre debemos tener en cuenta los seis pilares o “seiburu” para minimizar cualquier riesgo y disfrutar de la naturaleza con tranquilidad:

  1. Preparación minuciosa del recorrido.
  2. Consulta de la previsión meteorológica.
  3. Organización de la mochila. Es fundamental llevar agua, comida, ropa adecuada y botiquín.
  4. Adecuación de la dificultad. La actividad debe adaptarse a la capacidad física del grupo.
  5. Aviso a terceros. Hay que dejar dicho a dónde se va.
  6. En caso de problemas: 112

Cómo proceder después del accidente

Cuando surge un problema, los nervios afloran, por lo que debemos realizar pequeñas actuaciones que ayuden al accidentado y faciliten el trabajo a los grupos de rescate.En estos casos hablamos de la conducta PAS: Proteger, Alertar y Socorrer.

PROTEGER al accidentado del entorno: Para ello es fundamental llevar una manta térmica por persona en nuestro botiquín.

ALERTAR a los servicios de emergencia: Alerta al 112, haz uso de aplicaciones de geolocalización si dispones de ellas, deja el móvil disponible por si tienen que contactar contigo los servicios de emergencia y economiza la batería (importante guardar el móvil en un lugar abrigado, el frío descarga las baterías más rápido).

SOCORRER al accidentado: lleva a cabo las maniobras básicas de primeros auxilios que correspondan; serán muy beneficiosas para el paciente:

— En paciente inconsciente que respire: colócalo en posición lateral de seguridad (de costado).

Paciente inconsciente que No respire: inicia resucitación cardiopulmonar. En pacientes adultos se requieren 30 compresiones y 2 ventilaciones a un ritmo de 100 por minuto.  En niños son necesarias 5 ventilaciones seguidas de 15 compresiones y, a continuación, 2 ventilaciones. Hay que seguir así hasta la llegada de los servicios de emergencia.

Hemorragias: Hay que presionar con un paño limpio, si se satura, colocaremos uno encima sin retirar el de inicio, y así sucesivamente. Si no es suficiente para detener la hemorragia, colocaremos un torniquete varios centímetros por encima de la herida con un cinturón, un cordón o similar.

Golpe de calor: Haz un punto de sombra usando la manta térmica y coloca paños mojados en axilas, frente e ingles del paciente.

Hipotermia: Envuelve al paciente en la manta térmica (es indistinto el lado de la manta) y ofrécele algo de comer si no está adormilado.

— Usa los recursos del botiquín que creas necesarios.

En futuras publicaciones, desde el Instituto de Medicina de Montaña, y como colaboradores de Ternua, continuaremos dando pequeñas píldoras de información sobre estos temas, adentrándonos en el apartado de socorro del accidentado, detallando los elementos a llevar en el botiquín, describiendo la resucitación cardiopulmonar, los primeros auxilios, etc.

¡¡Buenas cimas veraniegas!!

Asier Alonso

Especialista en urgencias-emergencias y rescate, y director del Instituto de Medicina de Montaña y Deporte (IMMED)