El Camino de Santiago es uno de los atractivos turísticos más internacionales de la Península Ibérica. Aunque sus inicios estuvieron íntimamente ligados con la religión, en la actualidad la fe se ha relegado en pos al ocio. Sobre todo desde 1993, año Xacobeo, en el que se realizó una campaña de grandes dimensiones para atraer a turistas de variadas nacionalidades.

No es un camino el que llega a Santiago, existen gran variedad de vías que pertenecen al sistema circulatorio por el que los peregrinos llegan a la capital gallega. La Vía de la Plata o el Camino del Norte son los más populares, sin embargo, cada itinerario entraña su propia idiosincrasia que hay que tener en cuenta a la hora de decidir cuál escoger.

Muchos se deciden a embarcarse a hacer el Camino de Santiago en otoño, beneficiándose del pertinente descenso de temperaturas. Pero como no es lo mismo hacer una ruta en verano que en otoño, y por eso, repasamos las claves para hacer el Camino de Santiago en otoño. Por ejemplo, en el recopilatorio de rutas de GoEuro podremos ver las características de cada una, cuándo es la mejor época en la que viajar y sus principales puntos de interés para decantarse por una u otra ruta. Es importante elegir el itinerario más adecuado que se adapte a las necesidades del viajero, además de cuidar todos los detalles para sacarle partido a una experiencia inigualable.

El Camino del Norte, por ejemplo, es una vía ideal para disfrutar en Camino de Santiago en otoño. Su cercanía al mar provoca que las temperaturas sean menos extremas, y su crisol de paisajes la impregna de un carácter especial. El más antiguo de los caminos hacia Santiago consta de 815 kilómetros, que parten desde Irún bordeando la costa cantábrica hasta bifurcarse en dos: el Camino Primitivo y el Camino de la Costa. A pesar de su longitud, consta de una red de alojamientos muy escasa, por lo que es importante ir bien preparado para encauzarlo.

¿Cómo equiparse para hacer el Camino de Santiago en Otoño?

Así, es esencial que el peregrino se haga de un buen kit de supervivencia en el que no debe faltar algún chaleco aislante tanto para el viento como el frío , ya que las temperaturas pueden descender considerablemente en esta época del año. Además, al ser una localización en la que las lluvias suelen tener bastante presencia, se hace imprescindible llevar prendas impermeables para evitar calarse hasta los huesos. Un buen calzado es esencial, ya que los pies son la herramienta más importante de esta aventura, es por ello que tener un par de calcetines por cada día es el mejor aliado contra rozaduras y grietas. No todos los calcetines son iguales y los mejores calcetines para el camino de Santiago son aquellos de costuras planas y transpirables para evitar las temibles ampollas.

El bienestar corporal es otro aspecto importante, es por ello que el peso de la mochila no debe superar el 10 por ciento del peso corporal. Para ello, el peregrino deberá filtrar todo lo superfluo y cargar sólo lo sucinto para el viaje. La correcta sujeción de la mochila es otro aspecto importante, las tiras de los hombros deben ir aflojadas al máximo y, además, debe estar sujeta por la cintura a la altura de las caderas.

Otro aspecto imprescindible para el bienestar corporal es la correcta alimentación. Al realizar más esfuerzo físico las calorías ingeridas deben ajustarse a las circunstancias. Se debe realizar un desayuno completo, durante el día ingerir alimentos de digestión ligera pero energéticos y finalizar la jornada con un buen banquete que ayude a descansar y recuperar fuerzas de cara al día siguiente.

El Camino de Santiago es una experiencia que toda persona debería experimentar, siempre teniendo en cuenta lo necesario para viajar sin incidentes y asegurando de esta forma el máximo disfrute de un camino inolvidable.