Ha pasado su infancia yendo al monte con su familia, esa “gran casa sin puertas ni ventanas que es el campo, el valle, el río y la montaña”, tal y como ella lo describe. Hoy es una de los tres responsables del Refugio de Bujaruelo en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Esther González lleva toda su vida, desde que era niña, conectada con la naturaleza. Un modo de vida que sigue disfrutando ahora junto a sus hijos. Hoy Esther ha querido compartir en el blog de Ternua sus reflexiones sobre la importancia de relacionar a los niños con el monte desde bien pequeños; los aprendizajes de un niño en la naturaleza; y algunas de sus recomendaciones clave para visitar el Valle de Bujaruelo, un destino perfecto para viajar en familia esta temporada.

La naturaleza y los niños

“Antes que salvar el planeta vamos a amar el planeta… Es hora de sacar a los niños fuera” (Heike Freire, autora de “Educar en verde”).

Mantengo imborrable en la memoria los sábados y domingos que íbamos al campo con mis padres. Corrían los años 80, éramos 7 niños y niñas incansables y mis padres nos llevaban al campo.

Allí éramos nosotros mismos. Estaba permitido mancharse, embarrarse, revolcarse, jugar solo o en compañía, comer tarde y con las manos, las meriendas golosas, columpiarse en columpios de cuerdas hechos por nosotros, subirse en los árboles…Nos sentíamos libres.

La naturaleza marcó mi infancia en el buen sentido de la palabra. Siempre me he sentido atraída por esa gran casa sin puertas ni ventanas que es el campo, el valle, el río y la montaña. Entre el barro, la tierra y el verde crecimos y fuimos madurando y construyendo una identidad propia. Aprendimos la importancia del cuidado de todas y cada una de las personas que formaban nuestra familia (y, por ende, de la sociedad) y de todos los seres vivos, animales y elementos que nos rodeaban.

Lo que se aprende en el monte

En mi vida actual me reencuentro con la niña feliz que fui viajando con mis hijos a entornos donde la naturaleza es la protagonista. No hay por qué irse muy lejos. Nuestra geografía está repleta de lugares realmente magníficos donde realizarnos en familia.

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Foto cedida por Alberto Bohua.

Viajar en familia a rincones naturales además tiene numerosas ventajas y muchos beneficios para nuestros hijos: un viaje en sí mismo es una historia interesante que contar y que compartir con amigos, e incluso un reto: llegar al final de un valle, coronar una cima…

Si interactuamos con otras personas, los niños, además, desarrollan habilidades sociales. Si pernoctamos en un refugio de montaña enseñamos que hay lugares recónditos donde poder comer y compartir nuestra mesa con personas desconocidas.

Un viaje constituye en sí mismo una oportunidad para aprender y ampliar horizontes, para el desarrollo de su capacidad de observación, su espíritu crítico e incluso su empatía. Los viajes también generan recuerdos felices que hacen que el vínculo se estreche y enseña que las posesiones materiales no son lo más importante.

Descubrir el Valle de Bujaruelo con niños

Y, os dejo ahora con una recomendación: el Valle de Bujaruelo, en Huesca, junto al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Un lugar presidido por el río Ara, el único río que queda sin represar en el pirineo aragonés. Un entorno bello y cargado de historia, pero sencillo al mismo tiempo. Un lugar donde admirar el bosque del Cobatar plagado de hayas, musgo, bojes y tejos centenarios; pasear por el Valle de Otal y de Ordiso o simplemente hacer la ruta ornitológica que da la vuelta al río desde el refugio de Bujaruelo.

Así mismo, es un fondo de valle accesible por pista, punto de partida de estas y otras excursiones de trekking y senderismo. Para mí es un lugar muy apropiado para disfrutarlo con niños ya que el río junto al refugio da mucho juego y el fácil acceso nos evita grandes mochilas. Además la estancia en el refugio proporciona todas las comodidades necesarias, destacando, por encima de todo, su comida casera, variada y abundante.

Hay dos rutas con niños perfectas para realizar con niños en esta zona y que salen del mismo refugio de Bujaruelo. Para realizarlas desde Ternua también te invitamos a descubrir nuestra colección de ropa de montaña y trekking para niños.

Ruta 1: Travesía entre los valles de Otal y Ordiso

Este es uno de los recorridos por excelencia que se hacen desde el Refugio. Es una vuelta circular, sencilla, de unas 6 horas a paso tranquilo, en las que se puede disfrutar de un paisaje de montaña realmente espectacular.

Todos los detalles de la ruta en la web del refugio de Bujaruelo o en Wikiloc.

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Foto cedida por Alberto Bohua

Ruta 2: Ibon de la Bernatuara

El recorrido parte del refugio siguiendo las marcas de la GR 11 que conducen al puerto de Bujaruelo. Nos conducirá al Ibon en poco mas de 2 horas y media.

Todos los detalles de la ruta en la web del refugio de Bujaruelo o en Wikiloc.

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Foto cedida por Alberto Bohua.