El mundo está lleno de grandes destinos para disfrutar del esquí de travesía, aunque la ventana para hacerlo se esté volviendo cada vez más inestable. 2023 ha sido el año que, hasta ahora, más claramente nos ha mostrado que el panorama está cambiando a marchas aceleradas. Quienes saben mirar hace tiempo que detectaron las señales de la inminencia del cambio; pero este año que ahora termina ha mostrado esas señales también a quienes no sabían mirar o no querían ver.

Por eso, si eres un aficionado al foqueo y puedes permitirtelo, ¡sal ahí a disfrutar de la nieve mientras puedas! ¿Quién sabe qué ocurrirá mañana? Nosotros hemos seleccionado para ti cinco destinos excelentes para la práctica del esquí de montaña, por si andas necesitado de ideas.

Hokkaido, Japón

La incomparable nieve polvo del monte Yotei, una especie de hermano menor del celebérrimo monte Fuji, convierte a la isla de Hokkaido, en Japón, en un destino deseado por cualquier esquiador de montaña. Los paquetones que se forman aquí gracias a los vientos polares procedentes de Siberia y a la humedad propia del lugar son realmente impresionantes. La experiencia de progresar por el powder japonés ha sido definida como “esquiar sobre una nube”. La zona cuenta además con el atractivo de los onsen, unos impresionantes manantiales termales procedentes del corazón del Yotei. Más al sur, el área de Furano es también un buen destino.

Islas Lofoten, Noruega

Vistas desde el mar, en camino desde la localidad de Bodø, las islas Lofoten, en Noruega, parecen los dientes de Hafgufa, el legendario monstruo marino de la mitología nórdica. El paisaje de estas islas es absolutamente sobrecogedor y hace que la visita merezca la pena en cualquier estación del año. Pero el invierno ofrece algunos atractivos especiales: el destino se convierte en un paraíso para el esquí de montaña, es fácil avistar ballenas jorobadas y, además, este es uno de los mejores destinos del mundo para ver auroras boreales. La parte mala, por decir algo, es que el día, más que breve, es inexistente.

Península de Tröllaskagi, Islandia

La península de Tröllaskagi, desde la que, por cierto, arrancará en junio el Ternua Adventure of The Year es uno de los mejores destinos europeos para la práctica del esquí de montaña. Aquí se concentran más de 100 cimas esquiables, con desniveles que van desde los 1.500 m.s.n.m hasta la mismísima orilla del mar. Y, por supuesto, este es otro destino que regala auroras boreales increíbles.

Jackson Hole, Wyoming

El área de Jackson Hole ha sido definida como el destino de esquí más infravalorado de América porque, pese a su gran calidad, no atrae las multitudes que sí convocan Aspen o Denver. Aquí se puede esquiar sin aglomeraciones incluso en los sitios más populares. Jackson Hole está rodeado por nada más y nada menos que cinco cordilleras que reciben cantidades inmensas de nieve en invierno, así que hay terreno para esquiar hasta aburrirse. Y si uno se cansa de foquear, siempre puede acudir a The Big One, la estación de esquí local, que acumula espesores de 10 metros año tras año y tiene la subida vertical continua más larga en Estados Unidos. Pero ojo, esta estación tiene reputación de ser un terreno más exigente de lo normal.

Cordillera de Chugach, Alaska

Este es un destino ideal para el final de la temporada, pues a finales de abril aquí siempre hay nieve y el tiempo suele ser excelente. En el corazón de estas montañas se emplaza la estación de esquí de Alyeska, que es un buen punto de partida para explorar la cordillera. Alaska, está claro, está llena de encantos. Aquí es posible foquear durante días por terrenos suaves y boscosos o jugarse el tipo lanzándose por las enormes laderas revestidas de nieve polvo de la cadena del Chugach. Esto último, por cierto, es posible hacerlo sin necesidad de calzarse las focas, gracias al servicio de heliesqui de Alyeska.