Artículo escrito por Alberto Iñurrategi

Ya me perdonareis si hoy me puede un poco el orgullo, pero ver de la mano dos proyectos que han sido pilares fundamentales en mi trayectoria montañera, Ternua y la Fundación Baltistán, me produce, inevitablemente, un orgullo y una ilusión muy especial. Me refiero al proyecto de gorros fabricados por mujeres del valle de Hushe y comercializados por Ternua. De esos gorros que podréis encontrar en las tiendas de deportes esta Navidad. No sabéis bien cuánto esfuerzo, cuántos obstáculos superados y cuánta ilusión hay en cada puntada de estos gorros, y de qué manera ha hilvanado el proyecto a la comunidad de mujeres del valle.

Cargados de ilusión viajaron a Hushe Aintzane, Josu y sus hijos de 20 y 18 años, Julen y Antxon, en verano de 2019. Aintzane enseñó a hacer gorros mediante la técnica del ganchillo a un grupo de mujeres del valle, Josu las instruyoó en las nociones más básicas para gestionar una cooperativa, y Julen y Antxon aportaron sus conocimientos en el uso del inglés, la tecnología y las redes sociales. El proverbio chino es muy antiguo y a la vez, eterno: es mejor enseñar a pescar…

Unas 50 mujeres de Hushe aprendieron pronto la técnica y una vez definidos los prototipos y establecidos los debidos controles de calidad, han ido fabricando dos modelos diferentes, todos a mano, hasta completar una edición limitada de 3.325 gorros, que recientemente ha comercializado Ternua: “Balti” y “Balti Bor”.

Los beneficios de este proyecto no van a ser meramente económicos, sino que van mucho más allá; se trata de poner en valor a la mujer, avanzar en el propósito de alcanzar el estatus que le corresponde dentro de la comunidad de Hushe, reflejar el testimonio de una silenciosa reivindicación, y mostrar una valiente iniciativa en pos del desarrollo basado en la igualdad.

Han creado una marca, RINGCHAN (Es@s a l@s que queremos), la han registrado como cooperativa, han aprendido a hacer ganchillo, acondicionado un lugar de trabajo, gestionan un número de cuenta del banco a su nombre (hecho sin precedentes en el valle de Hushe), han buscado proveedores, comprado material, organizado el trabajo y enviado los pedidos a tiempo… De principio a fin, han sido ellas quienes han tirado del proyecto y eso ha sido un gran paso. Esas mujeres que se encargaban de cuantos trabajos había que hacer tanto dentro como fuera de casa y han sido educadas pensando en que debía ser así, han empezado a darse cuenta de que estas pequeñas revoluciones son posibles. A fin de cuentas, ¿no es eso una forma de empoderamiento? Algunas de las mujeres que han elaborado los gorros no están escolarizadas, no saben escribir su nombre, pero eso tampoco ha sido impedimento para que cada gorro lleve la firma de la persona que lo ha elaborado, bien visible en la etiqueta.

Cara a la temporada 2022/2023 ya han elaborado prototipos nuevos, y están trabajando para enviarlos a los clientes y realizar los encargos a tiempo.

La cooperativa RINGCHAN y el proyecto de los gorros, sin embargo, es el resultado de un proceso de transformación más profundo, un proceso de innovación abierta que comenzamos a construir en el Valle en 2019, después de un año y medio de formación de sus responsables en Euskadi. Así se ha constituido la plataforma Social Innovation Platform (SIP), con el objetivo de cambiar el enfoque de la cooperación al desarrollo desde la base, para que sea la propia comunidad de Hushe la que tome el timón y decida en qué invertir su energía, qué proyectos quiere impulsar y cómo lo quiere hacer.

En este proceso hemos contado con dos garantes como son Agirre Lehendakari Center (ALC), ya que la plataforma de innovación social se ha construido con la metodología ALC, y el PNUD, que la ha tutelado y la considera buena práctica en políticas de cooperación al desarrollo. Esto ha supuesto un gran aval para nosotros, ya que ambas instituciones cuentan con un amplio recorrido en la cooperación al desarrollo.

En estos 21 años que Baltistan Fundazioa lleva en Hushe, hemos impulsado proyectos de diversa índole y magnitud. Estamos seguros de que no habremos acertado en todo, pero echando la vista atrás, nos damos cuenta de que muchas cosas han cambiado y están cambiando a mejor, y que el legado que Baltistan Fundazioa deja en el Valle de Hushe en diferentes frentes, principalmente el educativo, es importante. En todo este tiempo, hemos llevado a cabo numerosas iniciativas en infraestructuras, sanidad, agricultura y sobre todo en educación, hemos generado un sistema educativo autosostenible en el Valle, que solo necesita ya financiación para familias sin recursos y niños y niñas huérfanos…

La Plataforma de Innovación Social o SIP es, en cierta manera, la culminación de nuestro trabajo de cooperación: ir poco a poco rompiendo ese vínculo de dependencia de genera nuestro aporte económico para que los proyectos de cooperación nazcan desde la propia comunidad. Dentro de la plataforma ya se han puesto en marcha 5 prototipos: Caps &Crafts, la cooperativa de mujeres que ha elaborado los gorros de Ternua, un sistema de adición de valor al aceite de albaricoque, el cultivo de semillas híbridas en invernadero, la producción y el procesamiento de té y una nueva cooperativa de agricultores para la comercialización conjunta de sus producciones. Están pendientes de incorporación, en una segunda fase, una cooperativa de enseñanza y otra de servicios sanitarios a mujeres.

A fin de cuentas, la plataforma es la manifestación de ese cambio de perspectiva que está teniendo lugar en nuestra Fundación pero sobre todo en la comunidad local de Hushe. Se han puesto manos a la obra, como dicen ellos, teniendo en mente a es@s a l@s que quieren, ringchan. Y nosotros también, teniendo en mente a es@s a l@s que queremos, nunca dejaremos de lado otras formas de cooperación.