De trekking por Nepal. Los pueblos del país de las montañas tratan de comunicarse entre sí con arcaicos senderos y peldaños de piedra, pero obras faraónicas,  en una orografía casi imposible.

Un artículo escrito por Juan Manuel Sotillos

Existen obras faraónicas como las Pirámides de Egipto, obras maravillosas como la Gran Muralla china, esculturas increíbles como los moais de Isla de Pascua perteneciente a Chile, o los grandes monumentos aztecas, incas, mayas, etc., el mismísimo Machu Picchu en Perú, Chichén Itzá en México y un largo etcétera.

La lista de este tipo de construcciones arcaicas y antiguas y que siguen en pie con el paso de los siglos podría ser interminable.

Pero hay otras obras magistrales, antiguas en el tiempo y que no tienen ese reconocimiento a nivel mundial. Ni siquiera se conocen porque prácticamente se tratan de obras absolutamente anónimas y que no son más que para mejorar, en la medida de lo posible la calidad de vida de algún pueblo perdido por el mundo.

Hoy me van a permitir que me refiera a una obra que solo la ha hecho la mano del hombre desde los tiempos más ancestrales, obra que con el paso de los siglos también ha supuesto su supervivencia.

Me estoy refiriendo a esos caminos y escaleras que, uniendo aldea con aldea, ha ido construyendo el pueblo nepalí, en obras faraónicas y ante una orografía casi imposible de superar, para comunicarse y transitar a través de ellos para intercambiar productos y así poder sobrevivir.

Evidentemente por esos caminos, por esas escalares transitan hoy en día miles de senderistas, trekkinistas, montañeros, alpinistas que van a Nepal a andar por el país de las grandes montañas. Concretamente me voy a referir a los trekking al campo base del Makalu y Manaslu, dos de los 14 ochomiles donde parte del camino son escaleras hechas a conciencia, colocadas piedra sobre piedra. Y todo con la mano de obra del hombre, a pesar de los avances tecnológicos que hoy en día existen.

Primavera y otoño

Cuando transitaba por esos caminos y subía esos miles de escaleras, no se me podía ocurrir otro título para este reportaje que el de «escaleras hacia al cielo». Porque impresiona verlas y más impresiona subir por ellas siempre pensando que alguien, en algún momento, algunos hombres han ido colocando esas piedras, han ido construyendo con sus manos estas escaleras y caminos, quien sabe si para subir al cielo.

Primavera y otoño son las estaciones por excelencia para visitar Nepal y adentrarse en su magnífico mundo de las grandes montañas para visitar el Himalaya.

Existe un sin fin de agencias tanto de aquí, como las que están desperdigadas por todas las calles de Katmandú, especialmente en Thamel, su barrio más transitado y donde no es difícil coincidir con gente de tu país, o ver alguna figura internacional en el mundo del alpinismo, que se dedican a organizar viajes de trekking a Nepal con una oferta increíble de posibilidades. Cientos de trekkings organizados por todos los rincones más inhóspitos del Himalaya.

Si elegimos un trekking famoso, como el de ir al campo base del Everest, o el trek alrededor de los Annapurnas, dependiendo si se va en primavera o en otoño, nos encontraremos con miles de personas que están en el mismo recorrido, si bien en otoño va menos gente... Y a veces si no están todos los alojamientos reservados, nos podremos encontrar sin lodge para dormir, viéndonos obligados a continuar el camino hasta encontrar otro lodge o incluso alguna casa particular que nos pueda albergar.

Los dos últimos otoños hemos estado haciendo el trekking del campo base del Makalu, ¡precioso!, con gente, eso sí, pero aceptable; y el del Manaslu, ¡espectacular!, con menos gente, y el masificado Anapurna.

Trekkings Nepal

Trekkings impresionantes

Hace 6 años hicimos el trekking para llegar al campo base del Everest. Cuando me preguntan con qué trek me quedaría de estos tres, diría con conocimiento de causa, que a mi el que más me ha gustado es el del Everest. Sin duda. Ahora bien, esto es muy personal. Quizás influenciado porque el Everest es la montaña más alta del mundo. Quizás por deformación profesional después de escribir tantas y tantas veces de esta montaña. Sin duda pasar cerca de montañas tan emblemáticas como el Ama Dablam, una de las más bonitas del mundo; el Pumori, o lugares tan renombrados como Namche Bazar, el valle de Gokyo, Kala Pattar, Gorak Shep, Dimboche, el famoso monasterio de Tyangboche..., son excusas más que suficientes para que me reafirme que este es un gran y espectacular trekking. ¿Inconvenientes?, la masificación...

Otro trekking que lleva a esas enormes cantidades de gente que por allí se acercan es el del Annapurna (8.091 m.). Cientos de personas recorren sus caminos que no dejan de ser impresionantes, con unas vistas a otras montañas espectaculares como, además de los diferentes Annapurnas, se puede ver el Dhaulagiri (8.167 m). o el increíble Machapuchare (cola de pez). Pasea por los alrededores del campo base del Annapurna impresiona. Allí hay varias placas de alpinistas muertos. Entre ellas la del amigo Iñaki Ochoa de Olza. Cuando ves la placa y piensas que ahí arriba, en la cara sur, se quedó Iñaki para siempre en mayo de 2008, se te encoge el corazón...

En el trekking del Makalu (8.462 m.) descubrí esas escaleras hacia el cielo. Según me contaba el guía, estaban recién construidos los caminos, y ya se notaba por el color de la piedra y que todavía no estaban pulidas por el paso de la gente. En el camino de este trek reconforta ver cómo en Seduwa, un pueblo al que solo se llega andando superando grandes bajadas con interminables subidas, está ya en marcha el Hospital del Makalu, un proyecto que nació de SOS_Himalaya, la fundación de Iñaki Ochoa de Olza y que está en perfecto funcionamiento gracias al sustento, apoyo y aportaciones económicas de mucha gente, canalizadas a través de esta fundación de Iñaki (www.soshimalaya.org). Un trekking también maravilloso que culmina con la llegada al campamento base del Makalu (4.800 m.), la quinta altura de la tierra, desde donde podrá disfrutar de unas magníficas puestas de sol.

Nepal Makalu

Como las que se observan en el camino hacia el Manaslu (8.163 m.). Para llegar al campo base de este ochomil hay que ganárselo. Una increíble subida le depositará en la cota 4.750 m. Previamente habremos recorrido senderos de montaña, atravesando bosques y viendo otras grandes montañas himalaicas, impresionan tes terrazas con cultivos de arroz mayormente, pasando por aldeas increíbles, pareciendo imposible que alguien pudiera vivir por allí. Sencillamente también espectacular, y menos gente... Cualquier trek, sin duda, merece la pena...

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